Wednesday, March 30, 2011

¿SE VE LA VIDA DIFERENTE A LOS CUARENTA?

Hace pocas horas que he tenido una conversación sobre este particular, mi interlocutora sostenía que era ahora, pasados los cuarenta, cuando veía la vida de una manera mucho mejor, sostenía ella que estaba pasando por la mejor época de su vida. Obviamente esta es una opinión subjetiva, en este caso la suya.
Pero no deja de resultar curioso que muchas de las personas que yo conozco que han superado esta franja de edad, sostienen prácticamente lo mismo. Casi todos afirman que viven ese momento de sus vidas en que saben sobre todo lo que no quieren y por dónde van a ir sus próximos proyectos de vida.
Quiero pensar que esto es realmente así; no me queda mucho para tener treinta y diez y sería genial entrar en esa nueva etapa disfrutando de las cosas que me comentan.
Imagino que dependerá mucho de la situación personal, laboral y familiar de cada individuo. Yo incluso haría una división más, por un lado situaría a aquellos cuya vida personal no está bien y además laboralmente viven en precario, y aquellos que están equilibrados en sentido personal y laboral.
Una vez hecha esta división cabría, seguramente, otra más. Los que tienen hijos y los que no los tienen. Para los primeros seguramente entrar en los cuarenta supondrá un paso más hacia el disfrute diario, la tranquilidad personal y quizá el hallazgo de nuevos horizontes.
Entre los que tienen descendencia, cabría otra división más: los que han sido padres próximos a los veinte años y los que lo han sido pasados los treinta.
Creo, es una opinión, que quienes fueron padres entre los 20 y los 24 años, alcanzan los cuarenta con la tranquilidad que da tener a los hijos casi autosuficientes, iniciando sus vidas de manera individual, etc. Las preocupaciones estarán ahí, pero las exigencias son menores.
Quienes tenemos hijos después de los treinta, nos vemos a medio camino de criar a nuestros hijos. Es posible que estemos alcanzando el mejor momento personal, pero las obligaciones están todavía lejos de menguar. Así que supongo que el “mejor momento de su vida” corresponde a una situación espacio – temporal que puede o no prolongarse en el tiempo, pero que estará supeditada al desarrollo intelectual y físico de nuestros hijos.
Personalmente está claro que veo las cosas de diferente manera ahora que cuando tenía veinte años. No tengo las mismas urgencias vitales, mi horizonte de vida está mucho más cercano.
A las mañanas, cuando me veo en el espejo, me encuentro mucho más seguro. Quizá porque ahora si soy consciente de que, en condiciones normales, la cosa empeorará… con veinte años estaba media hora para peinarme, ahora es ese el tiempo que tardo en ducharme, lavarme los dientes y pasar las manos por el cuero cabelludo; mientras tanto, el pelo, está durmiendo el sueño de los justos.
Estaré atento a ver como son los cuarenta, cómo se presentan y cómo se desarrollan… mientras seguiré en mis treinta y tantos…